miércoles, 30 de junio de 2010

Don Juan: gracias, maestro


El único título que Juan Gossaín reclamó para sí durante tantos años de ejercicio periodístico fue el de reportero, sin duda alguna la actividad más preciada para quien se dedica a este oficio y profesión.

Hoy, luego de permanecer casi 27 años al frente de la dirección general de noticias de Radio Cadena Nacional, RCN, le ha dicho adios a sus oyentes tras cumplirse uno de los tantos contratos que renovara con la empresa y que no quiso seguir extendiendo. Cabe decir que el hombre que siempre nos acostumbró a escuchar en su ronca e inconfundible voz las noticias de Colombia y del mundo hoy fue la noticia, pues su talante y estilo particular lo convirtieron en uno de los íconos del periodismo radial, de manera particular.

Seguramente las mediciones de audiencia de los años recientes no lo pusieron en el primer lugar de sintonía, pero su forma de leer y entender el país le ayudaron a sembrar algo que para los periodistas es sagrado: tener credibilidad entre la gente. Juan Gossaín, más allá que se pudiera compartir o no el enfoque que daba a las narraciones de los hechos, siempre tuvo la confianza de sus oyentes, esa que en la radio empezó a cosechar en Caracol de la mano de Yamid Amat, Antonio Pardo García, Julio Nieto Bernal, Javier Ayala y Alfonso Castellanos, entre otros, y que consolidara en la organización Ardila Lulle a través de RCN desde su famosa "torre sonora" en Bogotá.

Este hijo de San Bernardo del Viento, departamento de Córdoba, quien supo combinar de la mejor forma el periodismo y la literatura, le dió a la radio colombiana un toque lleno de sensibilidad para contar historias a partir de pequeños detalles que, de otra manera, hubiesen quedado para siempre en el anonimato.

RCN, de su mano, se convirtió en todos estos años en una buena escuela para los jóvenes comunicadores y periodistas recien egresados de programas académicos universitarios. En mi caso, el haber hecho parte de la redacción del ya desaparecido "radiosucesos" como periodista de RCN Cúcuta por espacio de 7 años en el decenio de los 90, me llevó a corroborar que tenía como jefe máximo, en lo periodístico, a uno de los grandes, pues cada llamado de atención suyo o comentario elogioso se convertían en verdaderas lecciones, así fuesen más los primeros que los segundos.

Don Juán se ha despedido de la dirección de noticias, no del periodismo, pues esto último es algo que se lleva hasta la muerte. A lo mejor la literatura recuperará de tiempo completo a un hombre a quien resulta mucho más rico leer que escuchar, a pesar de haber pasado más tiempo detrás de un micrófono que escribiendo. De todas maneras, en las dos cosas es un auténtico maestro.

A Gossaín se le va a extrañar, y mucho. Cómo no extrañar a alguien que durante más de un cuarto de siglo se metió en los hogares, en las oficinas, en los vehículos, en los hospitales, en las cárceles, en las veredas, en las ciudades... en fín, en donde hubiese un aparato receptor de radio. En otras palabras, también creó su escuela de oyentes.

De quienes orientan los medios de comunicación en ocasiones se puede criticar su apego al poder, ése del que están llamados a ser contrapoder, pero en el caso de Juan Gossaín resulta destacable su independencia, pues no solamente la vociferó sino la ejerció, y hoy, con la satisfacción del deber cumplido, decide hacer un alto como periodista radial, de manera especial en su tarea de director de RCN.

Don Juan, jefe y maestro, para usted bien cabe la expresión en su Cartagena del alma que lo abriga desde hace varios años: "Buen viento y buena mar".

Editorial de despedida


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