lunes, 22 de agosto de 2011

Para elegir concejos y asambleas...Un consejo

Fuente: www.registraduria.gov.co
Por estos días la actividad proselitista está más intensa que nunca. A hoy faltan 69 días para que se decida la suerte de centenares de candidatos y, sobre todo, el futuro inmediato y mediato de municipios y departamentos colombianos que reclaman mejores administraciones de y para lo público.

El 30 de octubre próximo las comunidades locales y regionales deberán escoger si quieren más de lo mismo, mejorarlo o empeorarlo, pues en política electoral no todo es negativo ni sus protagonistas son corruptos por asuntos de genética. Hay hombres y mujeres con una formación impecable en valores, además de conocimiento sobre el manejo de los asuntos de interés colectivo.

Si bien en la actualidad la atención se centra en quienes aspiran a llegar a ocupar gobernaciones y alcaldías, no debe olvidarse el papel fundamental que juegan en el destino de las localidades los integrantes de corporaciones como las asambleas, los concejos y las juntas administradoras locales.

Tanto diputados como concejales se convierten en coadministradores de los departamentos y municipios; es decir, son corresponsables de las decisiones y acciones que afectan a los ciudadanos. No legislan, coadministran, por lo tanto los votantes deben prestar la mayor atención posible a los planteamientos que expresan quienes aspiran a ocupar las correspondientes curules en ciudades y  pueblos.

Vale decir entonces que los listados a asambleas y concejos no pueden convertirse en elementos decorativos o de simple 'relleno' dentro de un proceso electoral, como pareciese advertirse en muchos casos donde por simples y raras conveniencias se terminan impulsando candidaturas que no tienen píes ni cabeza.

Dentro de este orden de ideas cabe mencionar que el atraso de varias zonas territoriales se debe, además de gobernadores o alcaldes pícaros y/o negligentes, a asambleas y concejos integrados por personajes ineptos o incompetentes que aplauden mucho, cuestionan poco y lo único que buscan es obtener 'tajadas' económicas    por debajo de la mesa, o a través de testaferros, en los contratos oficiales.

Lo único que importa en la presente contienda no es saber solamente quiénes serán los próximos mandatarios seccionales y municipales, sino cómo quedarán integradas las entidades coadministradoras, las calidades de aquellos que ocupen los respectivos escaños en representación de diversos grupos sociales.

No se trata de escoger personajes con títulos académicos por doquier, pues esto no es ninguna garantía de  honestidad y eficiencia; tampoco a quienes en su pasado han hablado mucho y hecho poco; menos a quienes han desperdiciado oportunidades anteriores en el manejo de la cosa pública y ahora piden revancha, porque el asunto no trata de una competencia deportiva.

Serias dudas dejan quienes se acuestan siendo de un partido político y amanecen luego en otro, aunque en oportunidades se ven obligados a hacerlo cuando las puertas les son cerradas por los llamados caciques electoreros. Sin embargo, algunos tienen más pinta de futbolistas profesionales no porque se dediquen a dicha actividad, sino porque cambian de equipo y de camiseta según los 'intereses' del caso y sin ningún tipo de vergüenza ni explicación convincente.

En fin, los votantes tienen una gran oportunidad, como todas las anteriores y las que vendrán, para hacer que no solamente las regiones tengan dinámicos, proactivos y buenos gestores de lo público a nivel de gobernadores y alcaldes, sino representados con la misma importancia en asambleas y concejos a través de diputados y concejales.

En Colombia para los comicios de octubre se encuentran habilitadas para sufragar 30 millones 785 mil  857 personas. 

Como siempre, la respuesta está en manos del elector y la buena fe en las del político.

Nota: consulte aquí el censo electoral por municipios en Colombia (Fuente: Registraduría Nacional).


martes, 16 de agosto de 2011

Ocaña de fiesta ... la radio colombiana de luto

Dos hechos significativos se destacan hoy: uno, de carácter religioso; otro, lleno de nostalgia y luto por la muerte de uno de los hombres insignias de la radio colombiana en el siglo XX.

Templo en honor a la Virgen de Torcoroma. Ocaña.
En primer lugar, en Ocaña, una de las ciudades más importantes del departamento Norte de Santander, su comunidad y la de muchos otros feligreses llegados de distintos rincones del país y del extranjero celebran la aparición hace 300 años, un 16 de agosto, de la imagen de la Virgen de Torcoroma.

El 'santuario del agua de la Virgen', levantado en honor a la patrona de los ocañeros, es uno de los sitios emblemáticos de dicha región colombiana, para simbolizar el sitio donde unos campesinos de la región en 1711 dieran cuenta de la presencia de la imagen en un árbol.

A Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma se le atribuyen numerosos milagros. No es sino hacer el recorrido de pocos kilómetros entre la cabecera urbana de Ocaña hasta el sitio donde se erige el templo, para mirar los rostros de fe de cientos de visitantes de todas las edades y condiciones sociales que hasta allí llegan.

Luto Radial
Otro hecho que contrasta con el regocijo de los ocañeros tiene que ver con el fallecimiento de un hombre que marcó la historia de la radio colombiana desde 1953 cuando decidiera fundar en compañía de familiares suyos el Circuito Todelar de Colombia, sin duda la cadena radial más importante del país en los años 70 del pasado siglo.

Fotografía: www.todelar.com
Se trata de don Bernardo Tobón de la Roche, quien dejara de existir el pasado lunes a sus 92 años en Cali, ciudad donde será sepultado este miércoles. Sus ideas y la cristalización  de las mismas permitieron que las grandes figuras de la radio nacional desfilaran por Todelar para el cubrimiento de los más importantes certámenes nacionales e internacionales. Hablar en su momento de la radio nacional, era, sin exagerar, hablar de los logros de Todelar, "el circuito del pueblo colombiano".

Bernardo Tobón de la Roche fue un hombre aventajado y visionario de la radio, del cual las generaciones presentes y próximas deben aprender y aplicar conocimientos.

Así suene a frase de cajon: Don Bernardo, paz en su tumba.


martes, 9 de agosto de 2011

Merecido por el paisano y amigo

Fotografía: Diócesis de Cúcuta.net
Aún recuerdo aquellos momentos de juventud en el pueblo, donde lo más importante era saber que las amistades que se formaban no eran para rato, sino para toda la vida.

Compartir en el colegio, luego en la cancha de fútbol o de baloncesto, darse un baño en el río, ir a misa los domingos, disfrutar unas cuantas horas en los bailaderos (sitios de rumba) y sentarse en el parque a hablar de cosas de muchachos, hacía parte del programa semanal.

En ese sano ambiente crecimos muchos de nosotros en Sardinata, un bello municipio de Norte de Santander a escasos 75 minutos de la capital del departamento por vía terrestre.

Hoy, unas cuantas letras para mostrar alegría por las cosas buenas que la vida le ofrece a un amigo en especial: José Elver Rojas Herrera. Para sus allegados, Elver, para quienes apenas lo han conocido en los años recientes: el Padre Elver.

Buen deportista desde niño, en especial para el fútbol, 'tomador de pelo', con una risa contagiosa y siempre mirando la vida con optimismo. Esto último, seguramente aprendido de su familia, humildemente rica.

Cuando llegó la hora de partir del pueblo a buscar nuevas experiencias y metas pues la etapa del colegio Nuestra Señora de las Mercedes, orientado en ese entonces por la comunidad religiosa del Cardenal Sancha, había finalizado orgullosamente, el Seminario Mayor de la Diócesis de Cúcuta lo esperaba. 

El 4 de marzo de 1995 fue una fecha festiva para el municipio. Con el calor típico del medio día en el templo San Mantín cuatro jóvenes amigos y paisanos se ordenaban como sacerdotes: Melquisedec, Abimael, Javier y Elver (estos dos últimos, hermanos). Recuerdo que por alguna que otra influencia asistimos con Rafael Norberto Capacho y Fernando Fonseca a transmitir por RCN radio la ceremonia en el espacio regional de Radiosucesos.

El Padre Elver poco a poco fue despertando esa inclinación por los medios de comunicación y ejerciendo liderazgo en la Diócesis de Cúcuta con el apoyo de los obispos de turno. El periódico La Verdad, donde me invitara a ser columnista durante un tiempo, y la emisora Vox Dei han crecido de la mano de varias personas, entre ellas de la suya.

Su formación académica en México, además de la colombiana, le permitió adquirir grandes experiencias y sueños por cumplir.

A Elver la Conferencia Episcopal de Colombia en su más reciente sesión plenaria le ha confiado la enorme responsabilidad de ser el nuevo Director del Departamento de Medios de Comunicación de dicho organismo. Su paso por la Dirección de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta se ha cumplido a cabalidad, así queden tareas pendientes. Ahora ya no es pensar en la comarca, sino hacerlo para todo el país.

Hace unos cuantos años cuando me mostraba orgulloso la obra física del centro de comunicaciones de la diócesis ubicada en la parroquia de San Antonio,  en pleno centro de Cúcuta, le escuchaba hablar con atención de lo que visionaba también en materia de televisión, pues lo hecho en prensa y radio daban ánimo para seguir adelante.

Los sardinatenses nos sentimos orgullosos y muy bien representados en la persona de Elver, del Padre Elver. Que Dios lo siga bendiciendo...También a nuestro pueblo.


lunes, 8 de agosto de 2011

La fea costumbre de querer encasillar a la gente

Colombia parece desgastarse en una serie de situaciones que en buena parte de las oportunidades distraen la atención sobre los temas que a la gente del común afectan. Hasta hace algún tiempo se nos quería encasillar entre uribistas y anti-uribistas, por aquello de los dos polémicos periodos presidenciales de Álvaro Uribe Vélez.

Ahora, un año después que éste hubiese tenido que salir del palacio de gobierno se hace evidente otra polarización que busca saber quiénes son uribistas y quiénes santistas, para intentar medir de forma cotidiana el pulso entre el ex mandatario de la 'seguridad democrática' y el, desde el 7 de agosto de 2010, Presidente de la República Juan Manuel Santos.

Palacio de Justicia. Bogotá.
Varios medios de comunicación alimentan ese juego fabricando noticias donde muchas veces no las hay, sino simplemente por el hecho de estar matriculados en una u otra orilla (¿acaso no es la misma?), cuando no tratando de pescar políticamente en esa especie de río revuelto. En cientos de oportunidades esas informaciones les llegan ya pre-fabricadas haciéndose pasar por eso, informaciones, y no como lo que ciertamente contienen: propaganda y desinformación, elementos opuestos a lo noticioso.

En un país donde la mayor parte de su población vive entre la pobreza y la miseria, donde otras miles de familias intentan subsistir con el mayor decoro posible, donde aspectos claves para el funcionamiento de cualquier Estado Social de Derecho como la salud y la educación terminan entregándose al capital privado, porque a las entidades oficiales las han quebrado conscientemente, ¿Qué va a interesar de fondo cómo se lleva Santos con Uribe, o viceversa?.

No es que el tema le resulte ajeno al ciudadano de a píe, pues éste ha aprendido a asistir de espectáculo circense en espectáculo circense, sino que en el fondo no encuentra respuestas satisfactorias a las precariedades sociales que tiene, empezando aún por necesidades básicas insatisfechas, en pleno siglo XXI.

Es más, la persona del común tiene sobre entendido que las peleas se presentan para buscar hace prevalecer aquello que en la calle llaman 'roscas', o grupos de amigos que detentan el poder, porque en el fondo los modelos y políticas que implementan unos y otros son los mismos.

La institucionalidad, es decir, las reglas de juego que aseguran el manejo del sistema político y social advierten unas cosas y las realidades demuestran otras. 

Leer y releer la Constitución Nacional, los derechos fundamentales, los sociales, económicos y culturales, además de los colectivos y del ambiente allí consagrados, hacen pensar que la manera de afrontar las debilidades internas no han tenido las mejores prácticas en muchos años, ni que se puedan aceptar respuestas simplistas en el sentido que se trata de 'cuestión de estilos' entre unos gobernantes y otros.

Querer tapar el sol con los dedos de las manos al enfatizar que se persigue a ex funcionarios con serios indicios de haber sido corrupto,s simplemente porque pertenecen a un bando u otro, resulta poco menos que absurdo y hasta cínico. ¿Cuál el miedo a que la justicia actúe? Si a los cuatro vientos los todopoderosos predican que no tienen garantías, entonces... ¿Qué pueden pensar y sentir los parroquianos comunes y corrientes? 

Valorar la justicia como buena o mala dependiendo si se absuelve al amigo y se condena al enemigo no resulta sano en ninguna pretendida democracia.

Si hay jueces corruptos, pues que se les investigue y meta a la cárcel tambien. Lo cierto es que aquí tampoco se trata de sembrar dudas sobre todo el mundo para intentar deslegitimar lo que de forma legal puede resultar irrefutable.

En la medida que la rama judicial haga su trabajo bien hecho, es decir, obre en justicia, las cosas en Colombia empezarán a cambiar, pues los delincuentes tendrán cada día menos espacio para hacer de las suyas y los recursos públicos serán eso y no una especie de lotería para quienes lleguen con pretensiones de adueñarse de los mismos.

Por razones como las anteriores es que resulta esteril continuar polarizando al país entre uribistas y santistas, pues el problema no es de cosmética. Aquí sí  hay que hacer separaciones, pero entre los decentes y los indecentes, los correctos y los corrutpos, los que se asocian para ayudar y ser solidarios y aquellos que lo hacen para delinquir, los que poco duermen por estar trabajando y quienes también lo hacen pero para dar rienda suelta a sus torcidas mentes. 

Lo anecdótico no puede seguir distrayendo al país de aquello fundamental.


viernes, 5 de agosto de 2011

El país de las 'benditas' encuestas

Para cualquier cosa en Colombia se hace una encuesta: medir la imagen de un gobernante, conocer las posibilidades de un candidato, adelantar el nombre de la próxima reina de belleza, identificar la posición de la gente sobre determinados temas. En fin. Esa forma de conocer las percepciones de la población en general, o un grupo social en particular, en ocasiones ayuda a orientar diversas acciones antecedidas por las respectivas tomas de decisiones, aunque muchas veces el proceso se invierte.
Parque Forestal Represa del Neusa. Municipio de Cogua, Cundinamarca
El problema con esta forma de medición cuantitativa es que en diferentes circunstancias y, según el acomodo de quienes salgan beneficiados, los fríos números se convierten en sofismas de distracción y dilatan los aspectos fundamentales de aquellos hechos que deben tratarse con la mayor seriedad y profundidad.

Un 85, 50 o 10 por ciento no dicen nada sobre algo si no se conocen los argumentos que quienes aceptaron responder ciertas preguntas tuvieron para hacerlo. En otras palabras, mucha gente opina sin conocer a ciencia cierta aquella temática que encierra un interrogante. Otros más creen saber de los asuntos en cuestión pero sus fuentes de información previa son los rumores de pasillo, o lo que fragmentaria y sesgadamente hacen aparecer como información los medios periodísticos muchas veces.

Por eso en oportunidades las encuestas dejan dudas, no porque sean mal aplicadas o se tergiversen los resultados, sino por el grado de conocimiento que sobre las temáticas tienen los encuestados, aunque pueda haber muchas firmas encuestadoras de papel que se dediquen a entregar datos y porcentajes a la medida de lo que necesiten quienes los contratan.

El famoso encuestador colombiano Napoleón Franco en entrevista a la periodista Cecilia Orozco publicada por el diario El Espectador de Bogotá en abril de 2010, en el marco del proceso electoral para escoger Presidente de la República, decía que "Colombia tiene récord de compañías de investigación de mercados registradas en el CNE (Consejo Nacional Electoral): alrededor de 72 empresas. Y de ellas, diría que un 92% son propiedad de políticos activos". Falta ver si el panorama año y medio después siga siendo el mismo. (Leer entrevista completa).

Entonces, con los resultados de las encuestas hay que tener cuidado, pues de forma equivocada muchas personas pueden dejarse inducir y aumentar la ignorancia que tengan sobre diferentes tópicos, adoptando la actitud más cómoda: sumarse a la supuesta opinión dominante o mayoritaria, que no por ese simple hecho termina siendo la correcta.

Ojala en el país se dedicara más tiempo a discutir las soluciones reales y radicales a tantas problemáticas y no  a estar desayunando, almorzando y cenando con encuestas de todo tipo que, en oportunidades, ayudan a desorientar y confundir más al pueblo, a no ser  que ése sea uno de los tantos propósitos escondidos y perversos que anden sueltos por ahí.

Esperemos que se realicen y publiquen trabajos estadísticos con base en respuestas de la gente sobre el precio real que deben tener los combustibles en Colombia, de cuánto debe ser el salario mínimo legal mensual, de qué debe pasar con la educación pública, cuántos años de cárcel resultarían justos para los corruptos y criminales, con el objeto que se tuvieran en cuenta esas opiniones a la hora de tomar decisiones en las más altas esferas. Seguramente la respuesta sea que no porque el común de los ciudadanos poco conoce de esos temas y es a los tecnócratas a quienes les corresponde el estudio de rigor. Simplemente no conviene.

Con las encuestas puede suceder lo mismo que ocurre algunas veces en los planteles educativos: no necesariamente quienes obtienen las más altas calificaciones son los mejores, ni quienes sacan los menores puntajes son los menos inteligentes y capaces. Cuántas mentes brillantes no están dedicadas al mal. La historia presenta ejemplos por doquier.

Ser primero no siempre significa ser el mejor.