miércoles, 30 de junio de 2010

Don Juan: gracias, maestro


El único título que Juan Gossaín reclamó para sí durante tantos años de ejercicio periodístico fue el de reportero, sin duda alguna la actividad más preciada para quien se dedica a este oficio y profesión.

Hoy, luego de permanecer casi 27 años al frente de la dirección general de noticias de Radio Cadena Nacional, RCN, le ha dicho adios a sus oyentes tras cumplirse uno de los tantos contratos que renovara con la empresa y que no quiso seguir extendiendo. Cabe decir que el hombre que siempre nos acostumbró a escuchar en su ronca e inconfundible voz las noticias de Colombia y del mundo hoy fue la noticia, pues su talante y estilo particular lo convirtieron en uno de los íconos del periodismo radial, de manera particular.

Seguramente las mediciones de audiencia de los años recientes no lo pusieron en el primer lugar de sintonía, pero su forma de leer y entender el país le ayudaron a sembrar algo que para los periodistas es sagrado: tener credibilidad entre la gente. Juan Gossaín, más allá que se pudiera compartir o no el enfoque que daba a las narraciones de los hechos, siempre tuvo la confianza de sus oyentes, esa que en la radio empezó a cosechar en Caracol de la mano de Yamid Amat, Antonio Pardo García, Julio Nieto Bernal, Javier Ayala y Alfonso Castellanos, entre otros, y que consolidara en la organización Ardila Lulle a través de RCN desde su famosa "torre sonora" en Bogotá.

Este hijo de San Bernardo del Viento, departamento de Córdoba, quien supo combinar de la mejor forma el periodismo y la literatura, le dió a la radio colombiana un toque lleno de sensibilidad para contar historias a partir de pequeños detalles que, de otra manera, hubiesen quedado para siempre en el anonimato.

RCN, de su mano, se convirtió en todos estos años en una buena escuela para los jóvenes comunicadores y periodistas recien egresados de programas académicos universitarios. En mi caso, el haber hecho parte de la redacción del ya desaparecido "radiosucesos" como periodista de RCN Cúcuta por espacio de 7 años en el decenio de los 90, me llevó a corroborar que tenía como jefe máximo, en lo periodístico, a uno de los grandes, pues cada llamado de atención suyo o comentario elogioso se convertían en verdaderas lecciones, así fuesen más los primeros que los segundos.

Don Juán se ha despedido de la dirección de noticias, no del periodismo, pues esto último es algo que se lleva hasta la muerte. A lo mejor la literatura recuperará de tiempo completo a un hombre a quien resulta mucho más rico leer que escuchar, a pesar de haber pasado más tiempo detrás de un micrófono que escribiendo. De todas maneras, en las dos cosas es un auténtico maestro.

A Gossaín se le va a extrañar, y mucho. Cómo no extrañar a alguien que durante más de un cuarto de siglo se metió en los hogares, en las oficinas, en los vehículos, en los hospitales, en las cárceles, en las veredas, en las ciudades... en fín, en donde hubiese un aparato receptor de radio. En otras palabras, también creó su escuela de oyentes.

De quienes orientan los medios de comunicación en ocasiones se puede criticar su apego al poder, ése del que están llamados a ser contrapoder, pero en el caso de Juan Gossaín resulta destacable su independencia, pues no solamente la vociferó sino la ejerció, y hoy, con la satisfacción del deber cumplido, decide hacer un alto como periodista radial, de manera especial en su tarea de director de RCN.

Don Juan, jefe y maestro, para usted bien cabe la expresión en su Cartagena del alma que lo abriga desde hace varios años: "Buen viento y buena mar".

Editorial de despedida


jueves, 24 de junio de 2010

Miradas y Voces (II)

En un anterior escrito había hecho referencia al programa Miradas y Voces que dibuja, con los diferentes elemenos sonoros posibles, las historias de la ciudad de Pamplona, fundada hace ya casi 461 años, al igual que los demás municipios que integran la provincia del mismo nombre en Norte de Santander.

Se trata de una producción radial que a través de crónicas, reportajes, entrevistas y documentales, entre otros formatos, permite a los estudiantes del cuarto y quinto semestres del programa de pregrado de Comunicación Social de la Universidad de Pamplona, compartir con los diferentes públicos las interpretaciones que a diario hacen de las realidades que viven y ayudan a construir.

Dicho espacio inició en abril pasado en 94.9 f,m Radio Universidad de Pamplona los viernes a las 10:00 de la mañana y ahora también se ha definido su ingreso a la carta de programación de Radio San José de Cúcuta (1160 A.M) los martes a las 7:00 de la noche. De ambas emisoras es concesionaria la casa de estudios y éstas, a su vez, hacen parte de la Red de Radio Universitaria de Colombia.

Se trata de una manera de compartir la riqueza humana, histórica, cultural, artística y ciudadana de una de las ciudades más importantes que tiene Colombia, Pamplona, y de aprovechar los talentos de los comunicadores sociales en formación llegados desde diversos puntos de la geografía colombiana.

Entonces, queda abierta la invitación los martes en el área metropolitana de Cúcuta y su zona de influencia, a través de Radio San José de Cúcuta, para compartir diferentes Miradas y Voces.

domingo, 20 de junio de 2010

Gústenos o no, Santos Presidente

Gústenos o no, Juan Manuel Santos será el nuevo Presidente de Colombia a partir del 7 de agosto de 2010. La victoria contundente de 9 millones de votos, la más alta en la historia colombiana por candidato presidencial alguno, le entrega legitimidad en lo nacional e internacional, aunque la abstención de la mayor parte de la población habilitada para sufragar sigue siendo muy alta. Por eso, en este mismo blog se había advertido que en politica a lo mejor se dan sorpresas pero dificilmente milagros.

Tanto Santos como Antanas Mockus aumentaron sus votaciones de primera vuelta, lo que demuestra que el trabajo politico continuó de forma ardua, así algunos creyeramos que sucedería lo contrario; es decir, que muchos colombianos dejarían de votar pensando que ya todo estaba decidido, para los casos de quienes lo habían hecho hace tres semanas por el par de candidatos.

El Presidente electo tiene grandes retos: el primero, cómo ser Santos y no el clon del mandatario actual Álvaro Uribe Vélez, así suene contradictorio, pues buena parte de sus electores lo hicieron por ser precisamente el sucesor político del Jefe de Estado. Sin embargo, cabe advertir que en muchas ocasiones cuando alguien, ya fuera del poder, quiere seguir mandando a través de la persona que escogió para sucederlo, esa nueva figura ahora con todo el mando termina revelándose de un momento a otro contra su antecesor y padrino.

Seguramente el pueblo colombiano quiere a Santos como el hombre que mantenga la seguridad democrática, que no es cosa distinta que buscar el sometimiento militar de la guerrilla o forzar a ésta a concertar una salida politica al conflicto armado.

Lo que no quiere el país es seguir con las historias de corrupción, clientelismo, ataques vulgares a la rama judicial, compra de conciencias en el congreso, superganancias de la banca, privada, chuzadas del DAS, ferias de agro ingreso seguro, medios de comunicación de bolsillo, falsos positivos, concesiones viales entegadas a amigos, etc, etec, etc.

Lo que se desea es tener un Presidente de la República firme, seguro, conocedor del país, sensible, pero también honesto y cristalino. Es lo menos a pedir. Ojala Juan Manuel Santos sepa gobernar para los colombianos y no para la minoría elitista del país, de la cual hace parte, pues genera alarma saber que en Colombia más de la la mitad de su población se debate entre la pobreza y la miseria. Que ese mandato de unidad nacional así sea, pero no en la politiquería sino en lo social. Ese cuento que la economía va bien pero el país mal, ya no aguanta.

"Colombia espera mucho de nosotros y no la vamos a defraudar", sentenció Juan Manuel Santos al empezar su discurso en calidad de Presidente electo. Habremos de recordar esas palabras dentro de cuatro años. No se puede desconocer que es un hombre preparado en lo académico y en lo político y, que como periodista que fue, debió en algún momento hacer lectura del país desde el contrapoder.

Los verdes

Aunque el partido Verde perdió las elecciones ha resultado ganador al mantener tres millones y medio de votos. Su estrategía de no hacer alianzas para la segunda vuelta le permitió contarse solito, sobre todo cuando era evidente que no se alzaría con el triunfo. Como opción real de gobierno los verdes quedan con mucha vida dentro del juego de la política.

Ahora, su objetivo inmediato es tomar un segundo aire para ir en búsqueda el próximo año de gobernaciones, alcaldías y curules en asambleas y concejos. Ese es el gran reto para saber si de verdad estamos hablando de un partido con proyección o, simplemente, de una efímera empresa electoral.

El mejor discurso de Antanas Mockus fue el del domingo en la noche al reconocer el triunfo de Santos. Milimétricamente pensado, escrito y pronunciado, con la seguridad que varios colombianos estuvieron esperando en la campaña, de manera principal en los debates.

En primera vuelta no voté por Santos ni por Mockus, me sedujo otra opción. El domingo 20 de junio acudí a las urnas y sufragué. Lo digo para que no se piense que escribo al calor de la victoria o con la amargura de la derrota, simplemente lo hago como un colombiano más que desea de mente y corazón salir de 200 años de "patria boba", y por mis hijos que merecen vivir en un mejor país.

Presidente Santos, que le vaya bien a Colombia, por encima que le vaya bien a Usted, pues esto último no asegura que ocurra lo primero. Ya ha dejado de ser el candidato del partido de la U para convertirse en el lider nacional.


jueves, 17 de junio de 2010

Muy Noble, Leal y Valerosa Villa: ¡ feliz cumpleaños !

La historia da cuenta que un 17 de junio de 1733 gracias a la donación de varias hectáreas de terreno que hiciera la dama pamplonesa Juana Rangel de Cuellar, se funda Cúcuta, la capital del departamento Norte de Santander. Ya son 277 años de historia.

Ni el terremoto ocurrido en 1875, que la destruyera por completo, pudo borrar de la faz de la tierra a una de las ciudades más importantes con que ha contado siempre el territorio colombiano, así a los del centro del país les suene lejana y muchos de quienes en ella habitan no logren dimensionar su importancia.

Hoy son 1176 kilómetros cuadrados que, sumados a los demás municipios que integran su área metropolitana, acogen a algo más de un millón de habitantes, sin contar la población flotante que transita entre Colombia y Venezuela a través de éste corredor binacional, el más importante sin duda alguna entre el par de países.

De la historia de Cúcuta hablan y escriben con propiedad quienes se han dedicado a construirla y reconstruirla. Del presente de la ciudad lo podemos hacer todos quienes tenemos contacto permanente o esporádico con ésta, la perla del norte, la capital basquetera de Colombia, la ciudad verde, el portón de la frontera, entre otros calificativos muy bien ganados.

El área urbana, al igual que tantas otras del mundo, es de grandes contrastes: zonas residenciales donde el lujo y la comodidad están presentes por doquier y, también aquellas donde se levantan simulacros de casas a punta de tabla y cartón. Grandes centros comerciales a un costado de sus amplias calles, y pequeñas tiendas de barrio y negocios informales a través de los cuales un sinnúmero de familias intentan apenas subsistir.

Seguramente por su condición de frontera y discriminación social notoria, las oleadas de violencia en Cúcuta son frecuentes y bastante fuertes, sin desconocer que victimas y victimarios en varias ocasiones llegan de otros lados.

Sin embargo, hoy es el cumpleaños 277 de la ciudad y son muchas las cosas que a sus habitantes llenan de orgullo: el hermoso verde que asomándose en cada árbol se convierte en pulmón permanente y natural del municipio, los paseos de fin de semana al rio Zulia, los triunfos en el baloncesto y, con menor frecuencia, en el fútbol, la avenida cero, el malecón, la avenida de los faroles, la autopista internacional, los pasteles de garbanzo, los dulces con leche de cabra, el recuerdo del ferrocarril, la "mamadera de gallo" de sus gentes, el parque Santander, el hospital universitario...

Cómo no tener presentes los barrios que hacen parte del llamado valle de San José de Cúcuta, las ciudadelas de Juan Atalaya y la Libertad, corregimientos como El Carmen de Tonchalá. Cómo olvidar personajes de la talla de Francisco de Paula Santander, Rafael García Herreros, Julio Pérez Ferrero, Mercedes Abrego, Fabiola Zuluaga, Elias M. Soto, Virgilio Barco Vargas y tantos otros que habiendo nacido o no en la ciudad, aparecerán siempre en su rica historia.

Cúcuta de unos años para acá se ha transformado urbanísticamente y aunque siempre estará sometida al vaiven comercial de la frontera, de si vienen los venezolanos a comprar, de si los colombianos nos vamos para San Cristobal a mercar, hoy día tiene mucha más vida propia. El día que mejoren su infraestructura vial y algunos servicios públicos, logrará desarollar el enorme potencial que posee..

La temperatura promedio de 28 grados centigrados, la agradable brisa que llega de lo que queda del río Pamplonita, la congestión vehicular en los alrededores de la central de transportes, el Cúcuta Deportivo, la catedral San José, el cementerio central, la autopista de Atalaya, las discotecas del centro comercial Bolivar, el palacio de la cúpula chata, la avenida Guaimaral, el parque Colón, el "hola, toche" al saludar, complementan las 277 velas que hoy encendemos en honor a la ciudad.

Cúcuta tiene un encanto especial, ese difícil de encontrar en cualquier otro lado, aunque los de ése cualquier otro lado también puedan decir lo mismo del suyo.

Cúcuta, feliz cumpleaños. Tu grandeza no ha permitido que ni el terremoto de 1875 ni los politiqueros de hace rato te hayan podido acabar.¨Buen viento y buena mar".

viernes, 11 de junio de 2010

¡Qué canallada!


Es cierto que Colombia es un país donde cada cosa tiene su reina. Es cierto, también, que esa situación a muchos molesta y a otros encanta, pues como todo en la vida, las actividades importantes para algunos resultan frívolas para ciertas personas y, lo que para unos más no tiene gracia, se convierte de la mayor emoción para fulanos y sutanos. En otras palabras, hablar de reinados es como hacer referencia al fútbol y su actual campeonato mundial, las interminables novelas de la televisión, la comida "chatarra" que se consume en todos lados, o cualquier otro aspecto que suene parecido.

Cada quien tiene sus preferencias y eso es respetable. Muchos de esos placeres están apoyados por labores de mercadeo que hacen que para todo haya seguidores y consumidores. En lo personal, más allá de decir un "qué bonita está" o, simplemente, "no me gusta", resulta poco lo que conozco del tema profesional de la belleza, por no decir del negocio. De medidas perfectas, trajes de baño, peinados para la ocasión y cómo responderle a los periodistas que cubren certámenes de éste tipo, saben los expertos en la materia.

Si bien para algunos un reinado puede parecer una tontería, una forma que los adinerados demuestren que con su plata hacen lo que les viene en gana, la mejor manera de promocionar una región, la ocasión para apoyar nobles causas representadas en obras sociales, una oportunidad de salir del anonimato o, tantas otras diversas razones que terminan siendo tan colombianas como el río grande de la magdalena, un reinado es eso y nada más: un reinado.

Lo ocurrido la noche del jueves 10 de junio con la candidata de Cúcuta al certamen de la belleza en Norte de Santander, María Fernanda Nuñez Gutierrez, resulta inconcebible y desconcertante: al llegar a su casa luego de finalizados los ensayos de la velada de elección y coronación, que se celebraría 24 horas después, fue atacada por un delincuente quien le lanzó una sustancia, al parecer ácido, provocándole quemaduras en su rostro.

Las autoridades, seguramente, como producto de la investigación que adelantan tendrán que descifrar los motivos de lo sucedido: si las causas responden a cuestiones relacionadas con la competencia de belleza o si los móviles tienen otras explicaciones. Pero bien sea una cosa o la otra, lo ocurrido no puede menos que generar rechazo y estupor.

Particularmente consideraba que los únicos peligros que corrían las reinas eran que las señalaran de tener muchas cirugías estéticas, de habérseles ido la mano con el bronceado, de rastros de celulitis en sus cuerpos, de quedar endeudadas hasta el cuello cuando no ganaban, o de resultar de presentadoras de televisión. En fín, las anteriores cosas no le hacen daño a la sociedad, sin desconocer que la mujer colombiana, además de hermosa, es inteligente, emprendedora y noble.

No resulta racional ni humano lo que pasó con María Fernanda, a quien apenas he visto en afiches y programas de televisión con ocasión del concurso. Ojala pronto se recupere. A quienes patrocinaron y cometieron ese acto salvaje y desalmado, lo único que quedar esperar es que los metan a la cárcel.

En un territorio donde se acaba de manera fácil con la vida humana, donde algunos terminan vendiendo el alma al mejor postor, donde el poderoso en vez de ayudar al débil termina maltratándolo más, no resultan aceptables episodios de este orden.

Que las polémicas y las noticias de los reinados sigan siendo si quien ganó fue le mejor o no, si acertó o se equivocó en las respuestas ante los jurados, si los trajes que le confeccionaron la hicieron ver mejor o peor, si es soltera, casada, viuda, separada o divorciada; pero que no llegue la violencia a certámenes que criticados o no, hacen parte de las tradiciones populares de nuestros pueblos y tienen como protagonistas a los seres más hermosos sobre la tierra: las mujeres.


miércoles, 9 de junio de 2010

Radio Universitaria de Colombia: cada día mejor


El 19 de septiembre de 2003 puede señalarse como el inicio de la Red de Radio Universitaria de Colombia, RRUC, cuando a instancias de los ministerios de Cultura, Educación y Comunicaciones se convocara al Primer Encuentro Nacional de Radios Ciudadanas y Comunitarias que tuvo como sede la Universidad Industrial de Santander en Bucaramanga.

Aunque las experiencias de hacer radio desde los centros de educación superior se pueden registrar desde mucho tiempo antes, la conformación de la red, sin duda alguna, posibilitó puntos de encuentro y reconocimiento para labores que aunque bien hechas no dejaban de ser aisladas y particulares.

Lo mejor de la RRUC es que se ha consolidado año a año llegando hoy a tener entre sus miembros a 39 emisoras desplegadas a lo largo y ancho del país, pertenecientes a 29 universidades entre públicas y privadas. Se trata de buenas opciones para escuchar en las bandas de amplitud y frecuencia modulada, además de sus señales en la web.

Con conocimiento de causa, pues hice parte de ese gran equipo de trabajo durante varios años, lo mejor que tiene la Red de Radio Universitaria de Colombia es que a todas sus emisoras se les mira y trata con el mismo respeto y cariño, no importando si están ubicadas en una u otra ciudad, si las instituciones de las que hacen parte tienen mayores o menores logros en lo académico, si sus equipos de producción tienen los suficientes recursos o trabajan "con las uñas".

En otras palabras, como toda red seria y coherente, es incluyente.

Nombres como los de Guillermo Gaviria, Beatriz Elena Mejía, Fernando Rivera, Vilma Gutierrez, Bernardo Hoyos, Juan Carlos Prado, Nancy Buenahora, Deison Palacios, Kelly Cabrera, Istmenia Ardila, Diego Torres, Eliher Hernández, Ana María Mesa, Johanna Delgado y Javier Garcés, para citar tan sólo algunos de los tantos que merecen escribirse, han ayudado a construir la rica historia de la radio universitaria de Colombia en los últimos tiempos. Varios de ellos siguen en sus labores de dirección, otros, han asumido nuevos retos profesionales.

Poco a poco el público colombiano (lo que en algunos sectores se llama audiencia) ha venido aceptando cada vez más las propuestas radiales de las emisoras universitarias, varias de ellas pensadas y construidas en conjunto, desde la multiculturalidad de las regiones, desde el pluralismo de pensamientos y expresiones para conectar lo académico a lo social, desde los matices que ofrecen las diversas voces para contar las historias cotidianas.

La radio universitaria del país avanza a paso firme, con propósitos claros y contenidos concretos, con horizontes definidos. La constitución de la red ha sido fundamental para ello, entendiéndose que aún falta bastante por hacer.

A su vez, desde noviembre de 2009 en San José de Costa Rica se ha constituido la Red de Radio Universitaria Latinoamericana con la participación de emisoras de Colombia, Chile y México.

El propósito representado en estos pocos párrafos es ayudar a continuar haciendo visible algo que miles de oyentes en Colombia ya saben: que la radio universitaria no es simplemente un alternativa en el dial, sino una apuesta permanente por hacer buena radio y construir país.






martes, 8 de junio de 2010

Un gol por Haití, un autogol para los cucuteños


El sábado anterior se disputó en el estadio General Santander de Cúcuta un partido de fútbol que tenía como pretensión recoger algún dinero, producto del ingreso de aficionados, con destino a los damnificados del terremoto de Haití ocurrido el pasado 13 de enero.

El asunto no ameritaría, en lo personal, ningún comentario en esta bitácora de internet, a no ser por las declaraciones formuladas después del encuentro por los organizadores de la actividad a los medios periodísticos de Cúcuta.

El espectáculo anunciado hace cerca de un par de meses por el sacerdote colombiano David Solano generó toda la expectativa del caso, pues la intención de reunir a jugadores de Colombia, Venezuela y Ecuador, por un lado, para enfrentarse a un combinado del resto del mundo, por el otro, llamó de inmediato la atención. Detrás de todo el montaje estaba la organización "Un gol por la hermandad", con asiento en Italia, donde el sacerdote Solano reside y tiene la posibilidad de contactos permanentes con clubes y deportistas de ese país, estos últimos oriundos o no del mismo.

El caso es que al partido del sábado asistimos, pues pagué mi boleta, alrededor de dos mil personas en un escenario donde caben cuarenta mil. Las semanas y dias anteriores se hablaba de la participación de figuras del balompie internacional en el citado cotejo. Ronaldihno, Totti, Zanetti, Falcao García, Fernando Couto, Aldair y otras estrellas del mismo resorte llegarían a encabezar el listado que complementaban los jugadores de la region andina. Hasta afiches se observaban en distintos puntos de la capital nortesantandereana, además de algunas entrevistas radiales hechas a los responsables del certamen.

Pues el portugués Couto, el brasileño Aldair, el italiano Di Biagio y otro grupo de jugadores estuvieron presentes. Pero... las grandes figuras que sirvieron para promocionar el espectáculo nunca aparecieron. Incluso, escuchar por la radio minutos antes del encuentro a quien oficiaba como jefe de prensa del partido hablar que de pronto en el siguiente avión que llegaba a Cúcuta arribarían algunos de los personajes en mención, mostraba la poca seriedad del asunto.

Cabe anotar que el costo de la boleta más económica era de $16.500 y la más alta de $88.000, que pagamos esas dos mil personas que aproximadamente hicimos presencia, creyendo en la palabra de los organizadores.

Sin duda, el montaje de un espectáculo de estos no resulta nada fácil, asi sea por una causa noble como la citada en un comienzo. Lo cierto es que si no hubiese sido por los jugadores titulares, los suplentes y los suplentes de los suplentes del Cúcuta Deportivo, el tan cacareado juego hubiese resultado un completo fiasco, pues al final daba la sensación de haber pagado una plata para ver un entrenamiento del equipo de fútbol profesional de la ciudad anfitriona.

Ahora, lo que motiva este escrito es leer en la prensa local el testimonio del padre David Solano, a quien en otros certámenes de este tipo en regiones diferentes del mundo la cosa le ha funcionado, al decir que "se presentó poca gente en el estadio y eso fue negativo, yo creo que hubo más pérdida con respecto a lo que se le puede dar en obras a los damnificados de Haití, casi no hubo publicidad en las vallas porque nadie quiso colaborar. Hubo fuerzas contrarias, pero la cuestión es que se realizó, dando una muestra de hermandad entre las naciones. Esperamos que en México el próximo año, las cosas se den mejor" (página 6A diario La Opinión de Cúcuta, domingo 6 de junio).

Aquí, como dicen los abuelos, "los pajaros tirándole a las escopetas". Se promete, no se cumple y la mala del paseo es la afición cucuteña. Es como si se anunciara, por cualquier causa también noble, la presentación musical del Gran Combo de Puerto Rico y a la hora de la verdad terminara en tarima el grupo vallenato del pueblo, por bueno que éste sea.

Si se hubiese dicho la verdad, desde un comienzo, habría ido más gente, pues la causa lo justificaba, y quienes pagamos no nos hubiesemos sentido engañados, por fuerte que suene la expresión.

La fotografía que acompaña esta nota la tomé 40 minutos antes del partido, hora en que el estadio debería estar a reventar, pero que por todo lo contado presentaba un enorme vacio en sus graderías. Lo que merece la afición cucuteña y los damnificados de Haití son disculpas, como mínimo. Ojala en el partido del próximo año en México los organizadores cumplan lo que prometen.

Padre Solano, las buenas intenciones se aplauden, pero con mentiras no se llega al cielo.

jueves, 3 de junio de 2010

La Opinión: bodas de oro informativas


De un medio de comunicación se pueden compartir o no sus líneas editoriales, la manera como definen sus agendas informativas y las lecturas que hacen de las realidades que cubren. Lo que resulta innegable es el reconocimiento que merecen por su periódica labor, por escribir cada 24 horas las historias de nuestras sociedades, por estar siempre presentes.

Tras la desaparición hace ya varios años del Diario de la Frontera, La Opinión de Cúcuta quedó como único referente de la prensa local de la capital de Norte de Santander y del departamento, aprestándose a cumplir sus bodas de oro este quince de junio.

Sin embargo, la celebración de estos primeros cincuenta años como diario (desde el 15 de junio de 1960) ha iniciado hoy con actos presididos por el Presidente de la República Álvaro Uribe Vélez, algunos de sus más inmediatos colaboradores de gobierno, las autoridades regionales y, como debe ser, por los administradores y periodistas de esta emblemática casa informativa del oriente colombiano.

Como bien se deja leer en la fecha, tanto en la edición impresa como online, La Opinión de Cúcuta apareció primero como publicación de carácter semanal durante 1958 y 1959, hasta que sus fundadores Virgilio Barco Vargas, Eustorgio Colmenares Baptista. Eduardo Silva, Alirio Sánchez y León Colmenares decidieron que su circulación fuese diaria.

En la memoria reciente de la región La Opinión representa para los nortesantandereanos lo que seguramente significa Vanguardia Liberal para los habitantes de Santander, El Colombiano para los antioqueños, El Heraldo para los hombres y mujeres de la costa, y el Tiempo o El Espectador para el centro del país, sin olvidar el alcance nacional de estos dos últimos medios.

La familia Colmenares ha sido bastión para que la empresa periodística no solamente haya permanecido, sino para que año a año se consolide de la mejor forma, mucho más ahora cuando los retos que impone el mundo virtual se convierten en permanentes desafíos para los medios impresos que buscan mantenerse vigentes.

Nombres como los de Cicerón Flórez Moya, Sixta Tulia Hernández, Angel Romero, Celmira Figueroa, Ernesto Duarte Ossa, Gustavo Salazar, Gustavo Rojas Pérez, Leidy Cristina Quiroga, Pedro Jauregui, Hernán Sepulveda Mora, Aura María Silva, Rafael Bruno, Rosy Eugenia Reyes, Mario López, Rafael Pabón, Carlos Forero, Diego Suarez, Mary Stapper, Martha María Reyes, entre otros más de los que están y ya no están, hacen parte de la rica historia de la prensa local y regional representada en La Opinión.

Dentro de los mencionados seguramente aparezcan muchos de los periodistas de los años 90, época en la cual hice mi ingreso al periodismo cucuteño en la parte radial. También sirva este homenaje para los más antiguos reporteros y redactores, al igual que a quienes han llegado de manera reciente, en buena parte egresados de facultades y programas de Comunicación Social, en especial de universidades como la Autónoma de Bucaramanga y de Pamplona, así como en calidad de practicantes.

Reporteros gráficos como Infante, Herrera, Obando y Cusgüen también han dejado plasmadas en las páginas del diario las miles de historias captadas a través de las lentes de sus cámaras, para mencionar tan sólo a algunos de ellos.

Para todos aquellos a quienes no he nombrado pero que han ayudado a hacer grande la historia de nuestro periódico regional, también el reconocimiento del caso.

A los lectores, alma, nervio y razón de ser de toda organización periodística, entre los cuales me incluyo en el caso de La Opinión, pues buena parte de la celebración de estas bodas de oro nos corresponde.

Amigos de La Opinión, felicitaciones de un colega y lector.




martes, 1 de junio de 2010

Sorpresas en política: tal vez....Milagros: dificilmente


En política puede haber sorpresas, dificilmente milagros. A esta conclusión se podría llegar pensando en la segunda y definitiva vuelta electoral para elegir el nuevo Presidente de la República de Colombia el próximo 20 de junio.

La conclusión parece obvia si se observa de manera global el resultado de la primera ronda donde el candidato del partido de la U, Juan Manuel Santos, ganara de manera contundente al obtener el 46.56% de los votos representados en 6.758.539 sufragantes a su favor; aventajando a Antanas Mockus del partido Verde quien llegó al 21.5%, lo que en tarjetones marcados le significara 3.120.716 votantes.

Aunque el voto es secreto, en mi caso no lo hice por ninguno de los dos, ni de los dos siguientes.

Gústenos o no, la victoria de Santos fue contundente, inobjetable. Muchas son las razones y diversos son los análisis que desde el pasado domingo venimos escuchando y leyendo, por lo que un planteamiento más no sobra en un país donde todos nos las damos de técnicos de fútbol y politólogos.

Que Juan Manuel Santos haya ganado no debe resultar extraño. Lo extraño hubiese sido lo contrario. Se trata del candidato del actual mandatario nacional Álvaro Uribe Vélez, recibió todo el favor de la llamada maquinaria del gobierno y, desde un principio, se dejó ver como el directo continuador de la cacareada política de seguridad democratica. Tampoco habrá que desconocerle que algún sector del voto de opinión haya estado con él, pues no todos pensamos de la misma manera ni nos sentimos representados de idéntica forma.

Aunque Santos era la primera vez que se hacía contar, el hábil manejo de los medios y el hacer caer en contradicciones a su más inmediato rival, sumaron también en favor suyo.

Ahora, lo que algunos llaman derrota del partido Verde particularmente no la veo tan así. Un grupo político de reciente creación liderado por ex-alcaldes de Bogotá y Medellín que se le midiera a darle la batalla a la empresa gubernamental y electoral dominante y, fuera de eso, sacar algo más de tres millones de votos no resulta nada despreciable. Un sólo voto en política vale mucho.

Seguramente el discurso del candidato Mockus tiene bastante de simbólico pero mucho de ambiguo cuando de explicarlo se trata, sobre todo en aquellos aspectos donde resultan notorias sus dudas. Tendrá que trabajar muy duro en esa parte, pues aunque su inteligencia es innegable la poca fluidez al hablar y la falta de concreción en determinadas temáticas hacen dudar a sus potenciales electores. Por lo menos, eso pudo haber sucedido en primera vuelta.

En los discursos del domingo en la noche Juan Manuel Santos habló como el próximo presidente de los colombianos. A lo mejor con más de retórica que de realidad política se dirigió a sus opositores. A Antanas Mockus, por su parte, le faltó contundencia.

Capítulo aparte merecen los tradicionales partidos políticos, el liberal y el conservador. El uribismo los está devorando. Las prácticas, más clientelistas que de otro tipo, provocaron que muchos de quienes se postularan por los trapos rojo y azul en las elecciones para congreso en marzo pasado, hubiesen apoyado ahora no a sus aspirantes Rafael Pardo y Noemí Sanín sino al propio Santos. El poder seduce, en varias oportunidades enceguece y hace olvidar principios, ideologías y actuaciones coherentes.

Tengo la impresión que la invitación patriótica a un posible gobierno de unidad nacional de Juan Manuel Santos no tiene pretensión diferente a la de terminar de sonsacar lo poquito del liberalismo y del conservatismo que se mantiene distante del uribismo.

Aunque la votación del Polo Democrático disminuyó, en comparación con la presidenciales de hace cuatro años, las pugnas internas de ese partido terminaron afectando los resultados finales, aunque sigue siendo una fuerza política importante en Colombia, ahora, la primera de oposición después del descalabro liberal.

Lo de Cambio Radical fue sorpresivo en cuanto al millón y medio de votos, pues la sensación era que Germán Vargas Lleras no tendría tanto electorado. Sin embargo, es uno de los triunfadores y ya quedó listo en el partidor para los comicios de 2014.

Los demás aparecieron en el tarjetón y recibieron algunos votos, muy pocos. Los medios nunca se preocuparon de sus propuestas. Algún señor despistado preguntaba en plena mesa de votación que quiénes eran, al notar que había más caras en el tarjetón de las que él imaginaba.

Lo que viene

Ahora asistimos al espectáculo de las especulaciones y las posibles alianzas. Lo lógico es que suceda lo que tiene que suceder: que Cambio Radical y los conservadores apoyen a Santos, que los liberales clientelistas también vayan (¿o se mantengan?) donde Juan Manuel, pues no tendría presentación que después de tantos años de oposición al uribismo ese partido terminara ahora entregado a éste. La salida más fácil ha sido salir con el cuento que los electores quedan en libertad de votar por quien quieran.

Lo fijo del Polo es que irá en contra de Santos, bien votando en blanco o haciendo falta ver qué piruetas para darle su apoyo a Mockus, pues éste último tiene más afinidad con Santos que con el propio Petro en varias de las iniciativas planteadas.

Los verdes tendrán que hacer que cada uno de los votantes del domingo consigan, como mínimo, tres amigos más que vayan y voten, y que los de la U se confíen y no salgan todos a sufragar pensando que ya ensillaron la bestia.

Jaime Calderón quedará con el recuerdo de su sombrero en el tarjetón y la próxima vez que Robinson Devia decida hacer otra huelga de hambre ya no le importará a nadie. Jaime Araujo, un exmagistrado muy coherente en sus planteamientos, seguirá siendo ignorado.

Mientras la abstención siga siendo tan alta, por el orden del 50 o más por ciento, seguirán ganando los mismos de siempre. Se supone que los que nunca o casi nunca sufragan, el día que decidan hacerlo se inclinarán por otras propuestas diferentes a las tradicionales.

El asunto está cantado, prácticamente. Noto muy difícil que el panorama electoral de Colombia vaya a cambiar en apenas tres semanas, pues, reitero, en politica puede haber muchas sorpresas pero dificilmente milagros. Eso no quiere decir que dejemos de votar por el uno, por el otro o por ninguno.

De las cansonas encuestas y los medios que las contratan, hablamos luego.