martes, 9 de agosto de 2011

Merecido por el paisano y amigo

Fotografía: Diócesis de Cúcuta.net
Aún recuerdo aquellos momentos de juventud en el pueblo, donde lo más importante era saber que las amistades que se formaban no eran para rato, sino para toda la vida.

Compartir en el colegio, luego en la cancha de fútbol o de baloncesto, darse un baño en el río, ir a misa los domingos, disfrutar unas cuantas horas en los bailaderos (sitios de rumba) y sentarse en el parque a hablar de cosas de muchachos, hacía parte del programa semanal.

En ese sano ambiente crecimos muchos de nosotros en Sardinata, un bello municipio de Norte de Santander a escasos 75 minutos de la capital del departamento por vía terrestre.

Hoy, unas cuantas letras para mostrar alegría por las cosas buenas que la vida le ofrece a un amigo en especial: José Elver Rojas Herrera. Para sus allegados, Elver, para quienes apenas lo han conocido en los años recientes: el Padre Elver.

Buen deportista desde niño, en especial para el fútbol, 'tomador de pelo', con una risa contagiosa y siempre mirando la vida con optimismo. Esto último, seguramente aprendido de su familia, humildemente rica.

Cuando llegó la hora de partir del pueblo a buscar nuevas experiencias y metas pues la etapa del colegio Nuestra Señora de las Mercedes, orientado en ese entonces por la comunidad religiosa del Cardenal Sancha, había finalizado orgullosamente, el Seminario Mayor de la Diócesis de Cúcuta lo esperaba. 

El 4 de marzo de 1995 fue una fecha festiva para el municipio. Con el calor típico del medio día en el templo San Mantín cuatro jóvenes amigos y paisanos se ordenaban como sacerdotes: Melquisedec, Abimael, Javier y Elver (estos dos últimos, hermanos). Recuerdo que por alguna que otra influencia asistimos con Rafael Norberto Capacho y Fernando Fonseca a transmitir por RCN radio la ceremonia en el espacio regional de Radiosucesos.

El Padre Elver poco a poco fue despertando esa inclinación por los medios de comunicación y ejerciendo liderazgo en la Diócesis de Cúcuta con el apoyo de los obispos de turno. El periódico La Verdad, donde me invitara a ser columnista durante un tiempo, y la emisora Vox Dei han crecido de la mano de varias personas, entre ellas de la suya.

Su formación académica en México, además de la colombiana, le permitió adquirir grandes experiencias y sueños por cumplir.

A Elver la Conferencia Episcopal de Colombia en su más reciente sesión plenaria le ha confiado la enorme responsabilidad de ser el nuevo Director del Departamento de Medios de Comunicación de dicho organismo. Su paso por la Dirección de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta se ha cumplido a cabalidad, así queden tareas pendientes. Ahora ya no es pensar en la comarca, sino hacerlo para todo el país.

Hace unos cuantos años cuando me mostraba orgulloso la obra física del centro de comunicaciones de la diócesis ubicada en la parroquia de San Antonio,  en pleno centro de Cúcuta, le escuchaba hablar con atención de lo que visionaba también en materia de televisión, pues lo hecho en prensa y radio daban ánimo para seguir adelante.

Los sardinatenses nos sentimos orgullosos y muy bien representados en la persona de Elver, del Padre Elver. Que Dios lo siga bendiciendo...También a nuestro pueblo.


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