lunes, 13 de agosto de 2012

¡ Qué juventud tan olímpica !



Mariana Pajón, medallista de oro en Londres 2012. (Fotografía: Comité Olímpico Colombiano).
  La juventud colombiana es entusiasta, atrevida, llena de valores y comprometida con los retos. Así lo han demostrado los participantes que por el país han estado presentes en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Las medallas de oro, plata y bronce obtenidas, pero también las otras posiciones alcanzadas en distintas disciplinas deportivas hablan a las claras que el talento de hombres y mujeres y las ganas en un país como el nuestro están a la orden del día.

Qué tal si los representantes nacionales contaran con escenarios deportivos decentes, patrocinios permanentes para prepararse y no apenas aquellos que llegan unos meses antes de las competencias, generalmente insuficientes.

Seguramente las Mariana Pajón, Rigoberto Urán, Óscar Figueroa, Yuri Alvear, Catherine Ibargüen, Óscar Muñoz, Jackeline Rentería y Carlos Mario Oquendo, para mencionar tan sólo a quienes obtuvieron preseas, se multiplicarían en muchos municipios y departamentos.

Qué tal si nuestros deportistas no tuvieran que pedir limosna para poder asistir a campeonatos nacionales. El panorama sería otro y a lo mejor la situación del país, también.

Un joven comprometido con el deporte dificilmente caería en el mundo de las drogas, porque no querría ver arruinados sus sueños de gloria por estar en cosas indebidas.

Un joven comprometido con el deporte dificilmente caería en cosas de corrupción, porque sabe que el sabor de la victoria que se lucha en franca lid tiene el mayor de los precios. Quienes recurren a lo extradeportivo terminan al descubierto y aislados.

Un joven comprometido con el deporte siente la bandera y el himno de su país como ninguno otro. Siente a sus compatriotas como ninguno otro.

El día que en Colombia se dediquen más los presupuestos a la educación, al deporte, al arte, a la cultura, el país empezará a cambiar, para bien.

Qué bueno por los deportistas colombianos. Con hambre, en buena parte de los casos, triunfan y superan grandes pruebas. La primera de ellas: el trato mezquino y apático que reciben de los organismos oficiales y de buena parte de la empresa privada.

A pesar de todo, son hombres y mujeres valientes, orgullosos de su tierra y de sus gentes, quienes encuentran en sus limitaciones de vida no una excusa para quedarse atrás, sino una oportunidad para demostrar de qué estamos hechos los colombianos.

Nota: Otra gran lección que se reitera: Colombia no es sólo fútbol, donde queremos ser protagonistas a la fuerza cuando no lo somos y estamos lejos de los mejores, menospreciando otros deportes donde sí somos fuertes. Mensaje para los medios de comunicación, en especial para la televisión privada.

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