viernes, 9 de abril de 2010

Más debates, menos encuestas


A pocas semanas para que se lleve a cabo la elección del nuevo Presidente de la República, en Colombia, son variadas las expectativas de los candidatos a suceder a Álvaro Uribe Vélez, así como de quienes con sus votos pueden ayudar a decidir el futuro inmediato y mediato del país. Bueno, ello sin olvidar a los millones de personas que prefieren abtenerse de sufragar y, otros tantos que no lo pueden hacer por minoría de edad y otras circunstancias.

Lo único cierto, por ahora, es que los medios de comunicación nos están saturando de encuestas sobre preferencias electorales para tratar de anticipar, como ocurre en tantos otros países, quién será el favorecido de la llamada opinión pública.

Lo de las encuestas no está mal ni es cosa del otro mundo, pero sí lo és el abuso que de ellas se hace y la ventaja que muchos quieren sacar de las mismas, promocionando tal cual candidato y buscando influir en la decisión final de las personas, algunas de las cuales siempre querrán votar por el personaje que dicen "va a ganar".

Un territorio como el colombiano, y sus gentes, merecen más debates y menos encuestas; más posturas sobre cómo sacar adelante al país y menos reacciones sobre cómo van los porcentajes de los candidatos, en razón de las preferencias de los potenciales votantes.

De seguir como vamos, estas elecciones presidenciales pasarán a la historia como otras más, del montón, donde los espectáculos mediáticos terminan imponiéndose sobre las que deben ser políticas públicas coherentes, emprendedoras y cristalinas, cuya obligación corresponde liderar a la máxima autoridad de una nación.

Lo que está en juego no es si se puede viajar con tranquilidad a los sitios turísticos de la costa caribe sin temor a caer en retenes guerrilleros, como ocurría antes. Tampoco, si se trata que gobierne un hombre o una mujer; menos, el fortalecimiento de los partidos políticos tradicionales o la posible consolidación de nuevas empresas electorales.

Lo que preocupa es cómo asegurar para toda la población condiciones dignas de vida, cuando la mayor parte de ella se debate entre la pobreza y la miseria.

Lo que preocupa es cómo asegurar educación de calidad para los colombianos, no solamente que a ella tengan derecho los hijos de "papi y mami", y que quienes no lo sean tengan que endeudarse por el resto de sus vidas para intentar sobresalir en lo académico, lo profesional o lo investigativo.

Lo que preocupa es saber qué va a pasar con la seguridad social de las personas, pero no en simples estadísticas sobre cobertura, sino en recibir atención con excelencia.

En fín, los medios de comunicación pueden ayudar más si propician espacios permanentes de discusión sobre tantos aspectos de la cotidianidad de los colombianos, que de la frivolidad de las notas relacionadas con "la cosa política".

Insisto, falta debate, sobran muchas encuestas. Que la lectura del país no se siga haciendo a punta de mediciones cuantitativas.

A propósito , a mí nunca me han encuestado.

1 comentario:

hppts://ivananto.blogspot.co dijo...

ME PARECE UN EXCELENTE ANÁLISIS PROFESOR WILIAN, USTED TIENE MUCHA RAZÓN EN LO QUE DICEN, ESTO NOS TERMINA DE DEJAR CLARO AQUELLO QUE ALGUNA VEZ NOS DIJO EN CLASE "LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SUBEN Y BAJAN UN PRESIDENTE"... Y AQUELLO Q LA PROFE ADRIANA VEGA NOS DIJO "COMUNICAR ES PERSUADIR"