viernes, 31 de mayo de 2013

¿Dónde está la prudencia que hace verdaderos sabios?

El espectáculo circense en que cada cierto tiempo se convierten las relaciones diplomáticas entre los gobiernos de Venezuela y Colombia, más no las relaciones de ambos pueblos, vuelve a estar sobre el tapete tras las reacciones generadas en el vecino país por el encuentro del Presidente Juan Manuel Santos y el líder opositor venezolano Henrique Capriles.
 
Lógicamente, en regiones de frontera como la de Norte de Santander, la Guajira o Arauca, en territorio colombiano, las tensiones se hacen evidentes por las restricciones que puedan empezar a aplicarse en materia de comercio, paso de personas y mercancías a uno u otro lado, o  cualquier tipo de decisión que adopte el Presidente Nicolás Maduro como forma de protesta.
 
Sin embargo, las situaciones que ocurren no terminan siendo gratuitas y generalmente persiguen favorecer a quienes así lo necesitan, que podrán carecer de muchas cosas menos de ingenuidad. Algo que muchas veces diera para pensar que todo lo que ocurre es orientado y escrito por los expertos libretistas de telenovelas y 'culebrones' en uno y otro país.
 
No resulta raro pensar que a Santos le conviene marcar distancia de Maduro porque está en pleno proceso pre-electoral en Colombia, donde su intención evidente es reelegirse para un segundo periodo y donde sus más críticos opositores lo acusan de haber ayudado a legitimar a nivel internacional una elección presidencial en Venezuela que dejara grandes dudas.
 
El Presidente Santos sabía que el hecho de recibir a Capriles en el Palacio de Gobierno, así fuera un acto de conocimiento público y con amplio cubrimiento mediático, generaría las reacciones que se han venido produciendo en el gobierno vecino.
 
Por su parte, para el Presidente Maduro la oportunidad es perfecta para intentar acudir al nacionalismo exacerbado que pueda distraer la atención del pueblo venezolano, afectado por diversas problemáticas que el gobierno patriota aún no ha podio resolver. Muy sonada por estos días la relacionada con la escasez de algunos alimentos y artículos de primera necesidad.
 
Además, el más fuerte contrincante de Maduro al interior de su mismo partido, el Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, lo empujó a la fuerte reacción verbal que él había iniciado horas atrás. Es un pulso de fuerzas.
 
Es decir, Nicolás Maduro no quiere dar ventaja internacional en su confrontación contra Capriles ni tampoco en el reacomodamiento interno de las fuerzas políticas de gobierno tras la muerte de Hugo Chávez Frías.
 
Menos mal que los pueblos están por encima de sus dirigentes, de lo contrario estarían expuestos a las movidas estratégicas que cada cierto tiempo salen a relucir con el ánimo de afinar determinados intereses  que pretenden generar confusión, sembrar dudas y sacar el mayor provecho.
 
Un Presidente que necesita reelegirse y otro que está 'colgado de la brocha' alimentan situaciones que deben leerse con profundidad y tranquilidad, pues sus afanes no son los mismos de los pueblos que dicen representar.
 
Colombia y Venezuela geográficamente están 'condenados' a ser vecinos, por siempre. Sus gobiernos están obligados a entenderse, por siempre. Sus habitantes, los ciudadanos de aquí y de allá, deben estar comprometidos a no dejarse distraer y a seguir hermanados. Nada diferente. Hacen parte de un mismo pueblo, por siempre.
 
 

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy ciertas sus profesionales palabras,estoy muy de acuerdo con el último parrafo de tan interesante análisis periodístico.

Unknown dijo...

Muy ciertas sus profesionales palabras,estoy muy de acuerdo con el último parrafo de tan interesante análisis periodístico.