miércoles, 6 de marzo de 2013

Murio Chávez, la vida sigue: retos de Venezuela


Panorámica de San Cristobal, Venezuela.

Con la muerte del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, este 5 de marzo, entra ese país en una etapa de transición que marcará la vida activa de los diferentes ciudadanos por muchos años.

Independientemente que el chavismo se afirme en el poder o sea la oposición la que retorne a manejar los asuntos públicos de los venezolanos, la ausencia de Chávez seguramente no generará una época de cambios sino un cambio de época en  dicha República.

No es exagerado decir que la llamada revolución bolivariana era Chávez y, sin éste, el asunto será a otro precio, pues el fallecido Presidente ademas de polémico o controvetido se convirtió en caudillo de una causa y de parte de un pueblo.

Hugo Chávez como mandatario no fue tan bueno como lo calificaban sus amigos y seguidores, pero tampoco tan malo como lo acusaban sus detractores. Con los recursos del petróleo pudo exportar su revolución y dejó en evidencia las planeadas atrocidades con que se ha orientado el sistema capitalista en el mundo, aunque para justificar ello cometió arbitrariedades y patrocinó situaciones atentatorias contra varias libertades.

A lo mejor una de las consecuencias que en meses o pocos años pueda sentirse en Venezuela tiene que ver con que Chávez concentró en sí y para sí la causa que él mismo dio en llamar  revolucionaria, y cuando la enfermedad que tenía, cáncer, le señalaba el término de su existencia, se apuró a nombrar un posible sucesor: el Vicepresidente Nicolás Maduro.

Una cosa era Chávez y otra cosa es Maduro, a quien  de hacerse a la Presidencia en los próximos comicios le caerán todas las miradas encima, de manera principal de sus compañeros de poder, pues son sobradas las experiencias en varias partes del planeta cuando muere el lider de una causa y aparecen los roces y tensiones entre quienes ambicionan recoger su herencia, en este caso política.

La otra cara de la moneda está en la oposición, que de llegar al Palacio de Miraflores con Capriles, tendría que demostrar que los años prechavistas de corrupción, discriminación y acumulación de riquezas para unos pocos resultan situaciones del pasado. También, que varios de estos aspectos que ellos han venido atacando en los últimos 14 años necesitan erradicarse.

Los venezolanos, y sólo ellos, en su sabiduría y al haber estado experimentando dos modelos de sociedad, cada uno con sus aciertos y defectos, tienen la obligación constitucional y moral de escoger el que consideren el mejor camino, el sendero correcto, sin dejarse manipular de unos o de otros.

A Hugo Chávez se le quería o se le odiaba. Ésa parecía ser la constante en territorio venezolano y en otras latitudes. El ocultamiento oficial de la gravedad de su enfermedad tenía que terminar más temprano que tarde.

Si los venezolanos no quieren caer en una mayor polarización de la que ya tienen, que a futuro pudiera ocasionarles consecuencias impredecibles, lo mejor es que en la próxima campaña electoral sean duros con los problemas y respetuosos con las personas. En otras plabras, que recuerden que todos aman su país, que son una nación y que el pueblo, dentro del principio del bien común, está por encima de todo.

Las frases emotivas pronto pasarán, sólo seguirá quedando la realidad del día a día.

1 comentario:

Unknown dijo...

Buenas tardes profe
Me parece muy acertada su opinión frente a la condición en que queda el pueblo venezolano con la muerte de Hugo Chavez, me gustaría compartirle algo que escribí frente a esto al ver los numerosos estados en redes sociales refiriendose al fallecimiento del presidente venezolano. Literalmente me sentí atacada por muchas personas...

"Me confunde totalmente la frialdad de algunas personas al celebrar la muerte de otra... Con errores y virtudes Hugo Chávez frías fue un hombre que defendió a su manera la libertad y la identidad de nuestros pueblos latinoamericanos, conocedor como muy pocos de historia...
Paz en su tumba y consuelo a su familia...
Hay que ser muy ignorante en la vida para creer que con la muerte de una persona se cambia el mundo y peor aún que creer que con la muerte se entierran las ideas...
Estudiar, progresar y no reírnos de los infortunios de los demás es lo que debemos hacer..."