martes, 18 de septiembre de 2012

El eterno Pacheco

Su nombre: Fernando González Pacheco. Un colombiano nacido en España. Un hombre amigo de varias generaciones. Uno de esos seres que uno quisiera que viviera por siempre. Pacheco.
Fotografía tomada de internet

Hoy hace 80 años vino al mundo. Hace 55 años empezó a ingresar a los hogares sin pedir permiso. Se valió de la televisión para ello.

Cómo no recordar en todo este transcurso a Animalandia, Compre la Orquesta, el Programa del Millón, Charlas con Pacheco y tantas otras producciones que tenían a Pacheco como el gran protagonista, por más que desfilaran en ellas decenas de invitados.

Hablar de la televisión colombiana es hablar de Pacheco. De ese gran artista de la pantalla chica que sin nunca haber estado sentado de cuerpo en la gran mayoría de los hogares colombianos, si estuvo presente semana a semana a través de un aparato que dejaba ver su imagen y escuchar su inconfundible voz.

Pacheco, el personaje de las carcajadas contagiosas, de las frases reflexivas y entusiastas. De esos seres que uno quisiera no se fueran nunca de la televisión... ni de la vida.

Varias generaciones crecimos viendo y disfrutando a Pacheco. Aprendiendo del optimismo que irradiaba por la vida. Emocionándonos con sus concursos, compartiendo sus cuerdas locuras.

El popular Pacheco, a pesar de sus dificultades de salud y el achaque de los años que lo han alejado de la televisión en el último tiempo, es un recuerdo permanente del encanto de vivir en Colombia, de disfrutar el país, de acercar los medios de comunicación a la gente.


A este hombre nacido en España un 13 de septiembre de 1932 y llegado a la televisión nacional en 1957, lo único que queda es agradecerle una vez más todo lo que ha hecho por el país desde el entretenimiento.

Gracias por su compañía a lo largo de los años. Gracias por tantas sonrisas que nos arrancó. Gracias por ofrecernos su amistad sin haber tenido la oportunidad de estrechar nuestras manos. Gracias por los buenos recuerdos infantiles, juveniles y de adultos.

Gracias Pacheco, por su vida, porque ha sido parte de la nuestra. Porque la nuestra ha sido parte de la suya.

¡Felices 80!


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