lunes, 22 de noviembre de 2010

'Visita a Panamá'


Estos días se ha intensificado la campaña publicitaria en la televisión internacional para que habitantes de esta parte del mundo visiten a Panamá en plan de turismo. Nada raro si se tiene en cuenta que se trata de uno de los atractivos del continente, que además de la obra del canal representa significativos esfuerzos para disfrutar del buen comercio que tiene y de zonas libres como Colón.

Incluso, algunos colombianos deciden ir con cierta frecuencia para adelantar negocios al más alto nivel o, simplemente, traer mercancias que luego puedan ofrecer en el país, en ocasiones dando la vuelta por Venezuela. Otros más aprovechan para programar allí sus temporadas de vacaciones y ocio.

Bueno, en ninguno de los anteriores casos parece encajar la conducta de la exdirectora del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, María del Pilar Hurtado, al parecer salpicada hasta el cuello en el caso de las famosas y nada célebres 'chuzadas' telefónicas adelantadas desde dicho organismo contra magistrados, dirigentes políticos de oposición y periodistas durante el mandato del Presidente Álvaro Uribe Vélez, y del cual hecha fuera directora del organismo entre agosto de 2007 y octubre de 2008. Antes había sido subdirectora de la entidad y Secretaria General del Ministerio de la Defensa Nacional.

Sin querer emitir conceptos, sino simples opiniones, y a sabiendas que existen expertos en la temática de las relaciones internacionales, resulta poco comprensible que la señora Hurtado hubiese pedido asilo en Panamá por considerarse perseguida política en Colombia, donde se le investiga junto a otros personajes por el tema de las interceptaciones ilegales referidas en el párrafo anterior. Más inconcebible aun que el asilo se le hubiese concedido.

Lo sucedido resulta una burla para el país y su justicia, además de abrir la posibilidad que los implicados empiecen a desfilar de país en país, con el beneplácito de algunos de éstos, argumentando que no tienen garantías para que se les siga un proceso judicial serio y transparente en nuestro territorio.

La pregunta común y corriente surge de inmediato: ¿Si no tienen garantias los amigos de Uribe Vélez en Colombia, entonces quién? Lo sucedido no tiene nada que ver con lo político, en términos amplios, sino con lo penal producto de la corrupción que ha permeado diversas esferas oficiales desde hace buen rato.

El periodista Daniel Coronell en su columna de la revista Semana revela algunos detalles de una entrevista que sostuviera semanas antes con María del Pilar Hurtado sobre el grotesco tema de las 'chuzadas' durante el mandato pasado, hecho que compromete a otros exdirectores e importantes funcionarios y exfuncionarios del DAS, así como señalamientos que apuntan hacía la Casa de Nariño.

Ya es tiempo que los organismos de control actúen y de manera rápida, de lo contrario esta problemática como tantas otras pasarán a engrosar la relación de delitos que han quedado en la impunidad. Aquí no se puede repetir lo del Palacio de Justicia, el magnicidio de Luis Carlos Galán y muchos otros episodios, que a pesar de haber sucedido hace tantos años, en algunos casos más de 20, todavía están reclamando conocer toda la verdad posible y castigos para culpables que permanecen en varios lugares, menos en las cárceles purgando sus penas.

Lo cierto es que no se puede seguir evadiendo a la justicia, menos de forma tan ramplona y cínica. A lo mejor la señora Hurtado estaba cumpliendo órdenes superiores, pero eso no la exime de la responsabilidad que tenía en su momento en el principal organismo de inteligencia que opera en el país y que depende directamente de la Presidencia de la República, como departamento administrativo que es.

La sociedad civil colombiana no puede resultar tan pasiva frente a problemáticas de este orden observando simplemente desfilar noticias a través de los medios de comunicación, que cuando quieran nos cambian el tema y nos ponen a hablar de otras cosas. Las consecuencias judiciales, politicas y morales se tienen que hacer sentir con la finalidad de no seguir pensando que "la justicia es sólo para los de ruana", mientras los delincuentes de cuello blanco siguen alardeándose de ser las grandes figuras y jefes de la patria.

Aunque nadie es culpable hasta tanto se le haya derrotado en juicio, si los delincuentes se van a considerar y así se les va a aceptar, como perseguidos políticos, entonces 'apague y vámonos'.

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