lunes, 13 de febrero de 2012

La hora de los venezolanos

Tras la realización de las elecciones primarias por parte de los diferentes partidos de oposición en Venezuela, pero a  diferencia de otros paises y como usualmente ocurre, no cada uno por su lado sino todos en un mismo proceso, queda listo el panorama político para definir el futuro de ese país cuando el próximo 7 de octubre se lleven a cabo los comicios para la escogencia de Presidente de la República.

El actual mandatario Hugo Chávez Frías deberá enfrentar al actual gobernador del estado Miranda y triunfante el día anterior, Henrique Capriles Radonski, convertido en candidato único de las fuerzas contrarias al poder politico reinante.

Los análisis ya los vienen haciendo los expertos en esa materia así en algunos casos se deje asomar mas el deseo que cualquier razonamiento juicioso sobre el particular, bien por estar matriculados en un bando u otro.
Hugo Chávez. Foto: http://www.el-nacional.com/

Henrique Capriles. Foto: www.eluniversal.com

Defintivamente la polarización de modelos de sociedad en Venezuela se hace mucho mas evidente ahora, pues no resulta novedoso decir que la posibilidad de que la oposición llegue a ganar las elecciones presidenciales parece mas viva hoy que antes.

De manera cierta, tampoco resultaría de extrañar que Chávez Frías se atornillara al poder con un triunfo en octubre, pues tiene a toda la maquinaria oficial trabajando abiertamente en ese sentido para asegurar la continuidad en lo que diera en llamar desde años atrás la 'revolución bolivariana' cuyo máximo líder es él.

Así pudiera sonar demasiado iluso o ingenuo, lo único que queda esperar, desde afuera, como simples observadores, es que el proceso electoral que ahora toma el aire definitivo tras los resultados previos de este domingo, sea transparente, translúcido, legalmente desarrollado y moralmente intachable.

Los ciudadanos venezolanos deberán tomarse este tiempo previo para llenarse de razones y no de intimidaciones con el ánimo de elegir la opción que consideren más conveniente para su país, pues lo que sigue en juego es el proyecto de país que sueñan, lo que implica, en ambos casos, seguir por el camino que vienen transitando durante estos años o apostarle a otro tipo de transformaciones.

Nadie mejor para ese tipo de evaluación que los mismos residentes en Venezuela, al fin y al cabo son ellos los que se benefician o padecen de las acciones de los buenos o malos gobiernos.

Eso sí, lo que espera el mundo es una campaña presidencial programática y no llena de insultos, motivadora de un régimen democrático y no presa de acusaciones sin fundamentos para intentar confundir a la opinión pública, donde los medios de comunicación ejerzan su derecho a la información y no terminen convertidos en meras herramientas propagandísticas de uno u otro candidato, donde las que manden no sean las encuestas.

En fin, una campaña y una elección presidencial donde el que gane sea el pueblo venezolano, partiendo del hecho que se acepte la voluntad popular el 7 de octubre.

Lo mejor que le podría pasar a Venezuela es que el próximo Presidente de la República obtuviera una victoria tan contundente sobre su adversario y con la mayor parte de los electores sufragando, que no se dejara espacio para la duda ni para intentar manipulaciones de última hora, aunque estas últimas tienen de todo menos de improvisadas.

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