Anoche murió en Bogotá uno de los colombianos más queridos para los hombres y mujeres de mi generación. Fue un colombiano que por esas cosas de la vida nació en España hace casi 82 años.
Foto tomada de internet |
Animalandia, Sabariedades, Quiere Cacao, Compre la orquesta, Charlas con Pacheco y tantos otros programas se volvieron agradables y cotidianos en Colombia por una sencilla razón: los presentaba Pacheco, un hombre inteligente, simpático y quien se mostraba descomplicado ante sus televidentes.
Pacheco se convirtió en amigo de muchos, así nunca se le hubiese estrechado las manos o visto frente a frente. Pacheco se convirtió en ese compañero permanente que contagiaba con su particular forma de reír.
Desde 1957, en los inicios de la televisión nacional, Fernando González Pacheco llegó para quedarse, como dirían por ahí. Su carisma fue tan grande que le permitió durante decenios mantenerse vigente en un medio tan competido y donde a veces priman más las caras bonitas que el talento mismo, aunque ninguna de estas dos últimas cosas resultan excluyentes.
Paz en la tumba de nuestro Pacheco, un colombiano de 'raca mandaca'. Un hombre que nos vio crecer y con quien muchos estamos agradecidos por haber aportado instantes de alegría a nuestras vidas. Ése fue su gran mérito.
Pacheco se convirtió en amigo de muchos, así nunca se le hubiese estrechado las manos o visto frente a frente. Pacheco se convirtió en ese compañero permanente que contagiaba con su particular forma de reír.
Desde 1957, en los inicios de la televisión nacional, Fernando González Pacheco llegó para quedarse, como dirían por ahí. Su carisma fue tan grande que le permitió durante decenios mantenerse vigente en un medio tan competido y donde a veces priman más las caras bonitas que el talento mismo, aunque ninguna de estas dos últimas cosas resultan excluyentes.
Paz en la tumba de nuestro Pacheco, un colombiano de 'raca mandaca'. Un hombre que nos vio crecer y con quien muchos estamos agradecidos por haber aportado instantes de alegría a nuestras vidas. Ése fue su gran mérito.