viernes, 30 de noviembre de 2012

Barrancabermeja y su Pluma de Oro: valor del periodismo


Ganadores XIV versión Pluma de Oro, 2012. (Foto: Laura Severiche)

Desde hace 14 años se ha convertido en toda una institución en Barrancabermeja el Premio de Periodismo Pluma de Oro bajo la organización de la Asociación de Periodistas del llamado puerto petrolero, gremio que tiene a la cabeza al colega Pedro Severiche.

Al compartir con los colegas del Magdalena Medio la ceremonia celebrada el pasado 28 de noviembre donde se exaltaron importantes trabajos en categorías como radio, prensa, televisión, digital e institucional, se puso una vez más de presente la calidad del ejercicio periodístico que se hace en la provincia colombiana.

Lo más importante del caso es que dichas publicaciones no se concentran en la búsqueda de historias excepcionales ni en la espectacularidad de los relatos en géneros como la noticia, el reportaje, la crónica o la entrevista, para mencionar algunos, sino en reflejar aquellos aspectos de la vida cotidiana que, seguramente, si no fuera por la mirada rigurosa pero sensible de un periodista, quedarian invisibilizados o condenados al olvido.

Los Pluma de Oro pueden considerarse ya en el país como uno de los reconocimientos más importantes que se hacen a la tarea de los periodistas, así su alcance sea regional en materia de los trabajos que se postulan, evaluan y exaltan, pues la convocatoria está hecha sólo para piezas que tengan como realizadores a los comunicadores sociales de la zona del Magdalena Medio. 

Directiva APB y alcalde de Barrancabermeja. Foto: Laura Severiche

El orgullo que expresan los ganadores de los Pluma de Oro resulta evidente. No se trata de luchar por obtener un galardón más, sino de una sana competencia donde al final los aplausos y los abrazos resultan sinceros entre quienes salen vencedores y aquellos que tienen que ver aplazadas sus aspiraciones con dicho fin.

Encontrarse en una ceremonia de éstas donde dos canales locales de televisión e igual número de emisoras de radio transmiten en directo, donde las principales autoridades de la región hacen presencia, donde además de las estatuillas los ganadores reciben significativos estímulos económicos, habla bien del valor y el significado del encuentro de colegas.

Alegra y motiva  encontrar un gremio periodístico con la fuerza y vitalidad que se palpa  a través de la Asociación de Periodistas de Barrancabermeja, APB, la profesionalización que han logrado varios de los empíricos de muchos años, la inyección de quienes están llegando llenos de juventud y con una formación académica reciente, el apoyo de las autoridades locales a iniciativas de gran valor, pero, sobre todo, el afan de apoyar desde los medios de comunicación una Barrancabermeja y un Magdalena Medio con mayores y mejores niveles de vida.

A los colegas de esta parte de Colombia, muchas gracias por la invitación que se me hiciera como Jurado Calificador para evaluar las piezas periodísticas puestas a consideración de la APB. No sobra reiterar mi reconocimiento a la importante tarea que vienen desarrollando.

Visitar Barrancabermeja, una pujante y próspera ciudad, siempre será un placer.



domingo, 25 de noviembre de 2012

De la pesca en 'mar revuelto'

Las sentencias judiciales ni son buenas cuando favorecen los intereses particulares, ni malas cuando afectan los mismos.

Tampoco los fallos dados resultan palabra divina como para creerlos libres de intereses extraños, algo fácil de decir y difícil de probar, pues la racionalidad humana lleva a encontrar múltiples razones justificadas de las cosas, así se escuchen contradictorias.

Estas afirmaciones caben para asuntos personales comerciales, institucionales y/o nacionales, como el reciente pronunciamento, por ejemplo, de la Corte Internacional de Justicia de la ONU sobre la disputa por miles de kilómetros de mar territorial entre Colombia y Nicaragua, donde este último país ha salido favorecido de manera amplia.

Los falsos e hipócritas llamados patrióticos de la clase política y gubernamental para defender lo que ellos en años no han sabido hacer, no puede convertirse en elemento distractor en un tema tan sensible como el puesto en referencia, ni muchos menos, colombianos y nicaragüenses desprevenidos caer en el juego de sus clases dirigentes que, en esta nueva oportunidad, buscan pescar en 'mar revuelto' para ocultar sus desastrosos manejos de los asuntos públicos.

Toda sentencia genera, entonces, decepciones y alegrías, por decir lo menos. Sin embargo, lo que resulta evidente es que en cualquier litigio las partes que en él intervienen deben pensar en todos los escenarios posibles que puedan surgir.

Respuestas orientadas a intentar explicar, para el caso colombiano, que no se esperaban determinaciones en tal o cual sentido resultan ingenuas y francamente vergonzozas, asi como ha resultado el tratamiento que diferentes gobiernos nacionales le han dado a muchas regiones del país, con el beneplácito de los mismos dirigentes seccionales que con tal de mantener sus privilegios han hecho poco o nada por aquello que en sentido republicano se llama el bien común.

A lo mejor el sentir de los habitantes de San Andrés y Providencia no sea por un patriotismo colombiano o nicaragüense, cosa que no está en discusión, sino porque dentro del abandono histórico al que han estado sometidos (con Nicaragúa la experiencia dificilmente sería contraria) encuentran en las riquezas del mar esas casi que únicas posibilidades de subsistencia, gracias a sus propios esfuerzos, a sus méritos interiores, a que se lo han ganado a pulso, a que lo han luchado a diario.

Lo que importa ahora es garantizar que no se afecte negativamente el modo de vida de los pescadores y cientos de familias sanandresanas. Eso lo debería aclarar la Corte de la Haya, con la intervención de la misma Organización de las Naciones Unidas y los gobiernos de los países implicados, pues la dignidad humana y de los pueblos está por encima de cualquier principio de soberanía.

Los discursos politiqueros sobran, los pseudo dirigentes nacionales también. El fallo habrá que acatarlo, pues responde a las reglas del juego por más justas o injustas que parezcan, a no ser que se demuestre en lo jurídico que hubo omisiones o determinaciones amañadas.

El camino habrá de llevar a buscar salidas pacíficas donde lo jurídico y lo político tengan un lugar común de encuentro, pues a las familias necesitadas y en condición de pobreza en San Andrés no les interesa en el fondo ser de uno u otro lado, sino pensar que tienen derecho a una vida mejor.

jueves, 22 de noviembre de 2012

El ejemplo de nuestros deportistas

Finalizada la versión XIX de los Juegos Deportivos Nacionales en Córdoba, Cauca y Norte de Santander, ahora este último departamento se apresta a iniciar, desde el fin de semana, los III Juegos Deportivos Paranacionales.

Para el caso del territorio nortesantandereano cabe decir que a pesar de haber recibido limosnas del gobierno nacional para construir y/o adecuar escenarios, en comparación con lo que ha sucedido históricamente en otras partes del país cuando se han desarrollado certámenes de este orden, la región cumplió y seguirá cumpliendo.

Y ese grado de cumplimiento tiene mucho quer ver con la asistencia a los complejos deportivos donde niños, jóvenes, adultos y ancianos fueron testigos mañana, tarde y noche de los esfuerzos de centenares de deportistas que mostraron la cara positiva y entusiasta de Colombia.

Observar coliseos con gran afluencia de público, incluso en jornadas laborales, resultó alentador no solamente para los asistentes sino, de manera principal, para los mismos deportistas.

Esa condición que se viviera entre el 3 y el 17 de noviembre en escenarios de Cúcuta, Pamplona, Ocaña, Los Patios y Villa del Rosario, seguramente se repetirá desde este sábado cuando empiecen a entrar en acción los 1419 atletas inscritos por los diferentes departamentos.

La discapacidad no es incapacidad, sino diversidad. Eso mismo será lo que quede ratificado en la tercera versión de los paranacionales con sede en Cúcuta, además de volver a demostrar que la región reclama la construcción y remodelación de diversos escenarios, pues los actuales resultan insuficientes ante la calidad y cantidad de talentos que aquí se tienen.

Una persona que se dedica a la práctica de algún deporte de manera rutinaria dificilmente va a caer en las malas tentaciones que a diario también aparecen en la vida: drogas, prostitución, delincuencia, etc.

Pero para que lo anterior sea posible, hay que exigirle a los gobiernos nacional, regionales y locales mayor inversión en infraestructura y, sobre todo, en preparación de los deportistas.
Precisamente, los hombres y mujeres deportistas de Colombia son unos valientes y osados, en su gran mayoría. Valientes, porque su tenacidad y ganas de triunfo los hace insistir una y otra vez a pesar de las múltiples dificultades que atraviesan, enpezando por el debil apoyo estatal.

Osados, porque no de otra manera se entendería que a punta de rifas, desplantes y hasta aguantando hambre se atrevan a luchar por hacer realidad sus sueños.

Gracias a los deportistas Colombia merece ser una patria mejor. Ellos son prueba del gran talento nacional.